Columna de la prof. Paula Eherenfeld en el Mercurio: Beneficios del nacimiento respetado
Desde 2004, a partir del 18 de mayo de cada año -a instancias de la Organización Mundial de la Salud- se conmemora en todo el mundo la semana del nacimiento respetado. Este corresponde al proceso de acompañamiento que tiene lugar durante el parto cuyo objetivo es brindar un espacio natural de privacidad e intimidad para la madre en ese trascendental momento y, a la vez, promover el apego precoz entre ella y su hijo, en un ambiente libre de estrés.
La Organización Mundial de la Salud lo viene propiciando desde hace años, por entender que constituye un elemento que permite sobrellevar mejor el manejo del dolor y la ansiedad, mediante la utilización de aromaterapia, balones kinésicos, duchaterapia, estimulación de la respiración y de una serie de otras medidas no farmacológicas que brindan un gran beneficio y confort a la gestante en esa etapa.
En Chile, el parto respetado es un concepto relativamente nuevo, de aplicación reciente y gradual, que para su mayor aceptación y práctica requiere ser informado y explicado a partir de la atención primaria, para educar y preparar adecuadamente a las embarazadas y, también, a los profesionales de la salud encargados de asistirlas.
Según estudios estadísticos realizados en 2016 en el Hospital Carlos van Buren de Valparaíso, de un total de 2.441 partos, 2.321 (95%) tuvieron un acompañamiento de este tipo durante el trabajo de parto y, de ellos, 1710 generaron un apego precoz. Esto incluye tanto los partos vaginales como las cesáreas, ya que hoy en día el acompañamiento y el apego precoz ocurre en ambos tipos de parto.
Estas cifras dan cuenta de un beneficio significativo, ya que el contacto temprano -piel a piel- entre el recién nacido y su madre es de vital importancia para la formación de vínculos indisolubles. Después del nacimiento el recién nacido se encuentra en un periodo especial, en un estado de alerta y tranquilidad de entre 40 y 60 minutos de duración, que los especialistas definen como una «ventana de tiempo mágico» junto a su madre.
En efecto, diversos estudios revelan que el apego presenta importantes beneficios. En los referidos a la madre podemos mencionar la involución uterina debido al aumento de oxitocina natural (hormona del amor) que desencadena este momento de amor pleno por su recién nacido, además es un factor protector y disminuye el riesgo de presentar depresión post parto. Y en lo concerniente al recién nacido, el apego permite garantizar un desarrollo emocional adecuado, lo que puede marcar su personalidad para toda la vida. Asimismo, favorece la lactancia materna, que le brinda un aporte irremplazable de inmunidad gracias al traspaso de anticuerpos que entrega una fórmula láctea.
Finalmente, como señala el médico obstetra francés Michel Odent, uno de los defensores más notables del parto respetado, «si cambiamos la forma de nacer, cambiamos la forma de vivir».
Paula Eherenfeld Valenzuela
Docente Escuela de Obstetricia y Puericultura Universidad de Valparaíso.