[Mercurio de Valparaíso] Derecho al nacimiento seguro
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El pasado martes 8 de mayo, el Colegio de Matronas interpuso una querella contra una mujer que se ofreció para asistir el parto de una embarazada en su hogar y que en medio del proceso la abandonó, poniendo en riesgo su vida y la del hijo que estaba dando a luz. El caso se suma a otros episodios similares acontecidos en los últimos meses, los que lamentablemente terminaron en la muerte de tres recién nacidos.
Las redes sociales hacen posible que parteras y doulas sin formación profesional ofrezcan sin mayores restricciones sus servicios a gestantes que por desconocimiento, premura o desconfianza frente al sistema, optan por tener a sus hijos en casa, en un ambiente privado, pero sin la seguridad que ofrecen los hospitales y/o clínicas. Es un mundo invisible, que además deja oculto un negocio que se esconde detrás de la falsa idea de brindar un parto más respetado.
Por ello, urge empoderar y preparar a las mujeres para el proceso del parto, para evitar que terminen siendo guiadas por personas sin la formación adecuada y en entornos que carecen de las condiciones mínimas para otorgar seguridad a la gestante y su hijo. Hay que ser claros: el parto humanizado no solo consiste en brindar respeto y privacidad a la embarazada, sino también seguridad, que también forma parte de sus derechos.
Según la OMS, el índice de mortalidad materna global es de 216 defunciones por cada cien mil nacidos vivos. En Chile, éste corresponde a 22 defunciones por cada cien mil nacidos vivos.
No cabe duda de que en nuestro país se han fortalecido las áreas en la atención en salud para disminuir la mortalidad perinatal, al incrementar la calidad y la atención profesional del parto, además de reducir tiempos de espera y resolución. Incluso, se han hecho importantes esfuerzos para promover conductas que mejoren la calidad de vida de las mujeres en cada etapa del ciclo vital incluyendo la gestación, parto y puerperio.
Este año, el Ministerio de Salud estableció una política de salud sexual y reproductiva orientada, precisamente, a disminuir todavía más la mortalidad perinatal, implementando un plan nacional de salud en el cual se propicia el control preconcepcional, la pesquisa y la derivación oportuna de gestantes con factores de riesgo, junto con garantizar la cobertura y calidad de la atención del recién nacido.
A ello se suma el programa Chile Crece Contigo, que brinda durante la gestación un fortalecimiento del desarrollo prenatal en la atención primaria y garantiza una atención personalizada del proceso del nacimiento en los hospitales. En otras palabras, el sistema funciona y se sigue perfeccionando.
Por lo tanto, no hay espacio para las parteras o doulas sin formación, cuyas acciones sólo contribuyen a aumentar nuestras tasas de mortalidad materna, perinatal y fetal. Informarse a través de un profesional capacitado contribuye a culminar este proceso del nacimiento, con una atención de calidad y seguridad tanto para las usuarias como su entorno familiar, que espera la anhelada llegada de un ser maravilloso que cambiará nuestras vidas.
Paula Eherenfeld Valenzuela
Docente Escuela de Obstetricia y Puericultura Universidad de Valparaíso
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